24 maio 2008

-¡Qué amenazantes amaneceres!-

Dunas que se lleva el viento,
desiertos enteros ahogados.
Brumas silenciosas,
deseosas oscuridades...
amaneceres sobrantes.

Cualquiera se rendiría
antes del combate.
Suspiros helados
acechando los campos.

Cualquiera claudicaría
tras una victoria.
Podridos pesares
envenenados.

Montañas caídas de la nada,
fuentes con susurros de fuego.
Charcos enormes,
colosales enjambres...
amaneceres sobrantes.

Cualquiera diría basta
sin antes luchar.
Corroídas miradas
por el tiempo.

Cualquiera olvidaría
después de soñar.
La humedad de mis ropas...
¡qué soledad!

¡Qué dunas tan sobrantes!
¡Qué desiertos infinitos!
¡Qué brumas!, ¡qué oscuridades!
¡Qué amaneceres sobrantes!
¡Qué montañas vegetales!
¡Qué susurrantes fuentes!
¡Qué charcos!, ¡qué enjambres!
Qué amaneceres sobrantes...