12 outubro 2006

-¡Qué desesperado vuelo!-

Otro año tachado,
otro más que te espero.
¿Podrás salir mañana
de tu escondite certero?

Yo sigo aquí, ya lo sabes,
con mi alma desolada.
A punto estoy de ser cazado
y siempre remonto el vuelo.

Y tú vuelas tan alto
que yo no te llego.
Si rozar tus alas yo pudiera...

Bájate a mi edén
y también será tu paraíso.
Si pudiera yo tus alas rozar...

-Mejor dejar pasar-

Vuelas bajo
y no planteas remontar.
El olvido a tu sombra vuelve
queriéndote ocultar.

Ya ves, sabes,
pero no quieres recordar.
Acuna la sangre protectora
en los cristales marchitos.

Aspiras al subsuelo
de una caja mordaz.
¿Apurar?... bueno...
mejor dejar pasar.

-Sólo un sí-

Ya las canas me caen
y las manos arrugadas tengo.
Sólo pido un sí... uno,
pero ninguno llega.

Los dientes tengo sin raíces
y la lengua descansada.
Sólo pido un sí... y tu no;
siempre ignoras que te hablo.

Mi espalda es una curva
y mis piernas no me aguantan.
Sólo pido un sí... ¡un no, no!,
pero insistes en negarlo.

Y llegado el momento
mi corazón será parado.
Sólo pido un sí... ¡dámelo!
y mi dolor será curado.

-Debo estar cegado-

Es increíble beber del silencio
cuando hace tanto que tengo sed,
sed de gritarle al viento
que pierdo la esperanza de saber,
saber si debo seguir consumiéndome
o debo de romper el papel.

Creo estar desterrado
del terreno del dulce amor.
Hoy estoy despeñado,
empeñado en volver a levantar,
levantar el alma abatida,
levantar el alma cegada.

-Recordé que mirabas-

A mí, ya ves, igual me dá
que te vayas o te quedes
o que dejes tu alma velar
un cuento que nunca empieza.

Igual me dá que revientes
o que te explote el corazón.
A mí me estalló el cobarde
la tarde en que te perdí.

Los cirios son la tormenta
que nunca se llega a apagar.
Pero, tras las sombras vacías,
sé que existe calma eterna.

Igual me dá que te inventes
que todo, siempre, funcionó.
Y no me importaría calmar
el frío que ahora tengo.

Me daría igual estar solo
si te pudiera estrechar
cada segundo en mi vida
o en cada vida un segundo...

-Desean los Necios-

Están deseando los necios
que hoy me titule el desprecio,
que las sombras no me apiaden
ni los muertos me conversen.

Están deseando mi ruína
y quieren hurgar mis heridas.
Están deseando los necios
que excomulgue mis desdichas.

Ya las tumbas me cobijan
y los oídos me protegen
de ese deseo de necios
que quieren robar mi vida.

Están los necios deseando
y están esperando volver
a manchar mi alma apagada
que ya no se quiere encender.

Debe ser cosa de necios
que los burlados seamos tres:
los últimos, los del medio
y los que no tenemos voz.

Puede que yo sea un desprecio
en sus mundos de honestidad,
mas sé que no soy un necio
y que les sé valorar.

-Y es verdad que escucho-

En verdad que miento;
sedentario soy de la mentira.
Es verdad que no olvido
y que nunca fue un equívoco.
Es verdad que vuelvo a dormir
cuando las aves ríen en el cielo.
Y es verdad, no sé, tal vez,
que soy una tormenta interna.

Escucho la música de tu cuerpo
cuando entro en trance
...y acabo muerto de deseos.
¡Cómo puedes estar tan lejos!
Escucho las sombras
que dicen ser recuerdos.
Escucho tu olvido.
Sé que me quema el olvido.

-Estaré a la defensiva-

Infectado por los virus
que todo lo comen.
Comido
por los virus infectados.

Me alejo
y siempre están a mi lado,
carcomiéndome.
Odiándolos.

Creo que están a sus anchas
y yo les escupo nuestro futuro.
¡Alejaos!
Simplemente, estoy pensando.

Exijo un perdón
que estampan con un beso.
¡Estáos quietos!, ¡no os acerquéis!
La próxima vez
no me cogeréis indefenso

-Cataclismo medieval en las cabezas de apocalíptico modernismo-

...Y del océano
resurgirá la Atlántida
y Pangea se sumergerá.

Quedará la humanidad olvidada,
de los cielos lloverá fuego;
diluvio universal.

Estaremos orando por nuestras almas
antes de que nazca el anticristo,
temerosos de vagar por los siglos.

Presagios, augurios, premoniciones;
suicidios colectivos.
Gilipollas, idiotas, subnormales.

-Eles tamén bailarán...-

01 outubro 2006

-Pobre imperfecto-

Pobre corista de cabaret
que lancea sus penas en silencio.
Pobre espectador deprimido
en el silencio de su aplauso.

Pobre corneta insonora,
pobre el soldado a deshora,
pobres las horas sueltas
que sueltan las penas solas.

Pobre mirada ilusa
que despide odio desesperada.
Pobre la mota de polbo
en el suelo, susurrando.

Pobre libro inacabado,
pobre consuelo de todos,
pobre llanto, pobre.
Pobre es todo lo humano.

Y yo,
que no suelo cometer fallos,
soy rico y perfeccionado.
Y yo,
que por lo dicho hipócrita soy,
soy pobre y desamparado.

30 setembro 2006

-El hombre que se escondío tras el árbol-

Sauces, robles, naranjos,
pinos y eucaliptos altos,
almendros, nogales, olmos;
congojas de sus pasiones.

Suspenso en la prosa maldita,
desterrado del verso humillador,
roto por las habladurías
de cierto desencanto de amor.

Álamos, manzanos, cerezos,
plátanos y encinas rotas,
higueras, vides sin frutos;
congojas de sus pasiones.

Camina el hombre de miedo
tras sombre arrebatadora de árbol.
Diciendo va un refranero
a su alma fría, solitaria y parca.

-Oda a la niña que conversó con la luna-

Está la niña llorando
(qué cobarde que está esta niña).
Está con su muñeca rota
(qué cobardes muñeca y niña).
Está la niña con la luna
(qué bonita la luna que está),
le está contando sus penitas
(¡qué penita sus penas me dan!)

¡Ay!, ¡qué dolida está la niña!
(dime, niña, por qué tu lo estás).
Está dolida en desamores
(niña del alma, no lo estés más).
¡Ay!, ¡que la niña se nos muere!
(a ver si conmueve a su galán).
¿Por qué la niña está llorando?:
será que será, ¿por qué será?

-Sigue el enigma de mi alma-

Cómo es que te sigo mandando flores
si perdí tu dirección.
Desapareces de mi vida
e invades mi corazón con tu ausencia.

¡Cómo puede ser que te adore!,
ya la vela se derritió
y aún sigue la llama encendida.

Si pudiera volver a invitarme
al banquete de tu presentación...
Cómo puede ser que aún recuerde
el cántico de tu voz.

Bailaron las miradas,
se ahogaron los suspiros,
quisieron mis manos dedicarte
poesías cada mañana.

Y sigo murmurando tus delicias,
sintiendo el calor de tus abrazos.
¡Cómo es que lo siento!:
simplemente, te llevo en mi alma.

-Excelente-

Fun un home escuro,
son un algo negro;
quixera ser algo de tí,
poida que a túa vida.

Sixenlamente son unha letra,
unha verba de excelente cor vermello,
coma unha ferida aberta
no curruncho da vida.

-Comprensión-

¡Ay!, no más que un pobre soy;
nada más soy, señor, triste.
No tengo ni amago de sonrisa
con la que fraguar mi desdicha.

¡Ay!, no más que un loco
que huye cobarde el presente.
No tengo ni sol candente
ni latiente tengo el corazón...
...se enfrió el suicida hace años
buscando un poco de comprensión.

¡Ay!, ¡que no puedo seguir llorando!,
¡que ya me llaman sauce llorón!,
¡que el mar se enfada con mi llanto!
Que no quiero más que tu amor.

¡Ay!, qué pena más triste y doliente,
como si me arrebataran tu dolor.
Si siempre fuí alegre aguantándolo,
mas ahora no lo soy.

-Todas las deudas quedaron pendientes-

Cayó la hoja
y las promesas se ahogaron,
naufragaron
y lucharon contra el futuro.

La calma del huracán.
Y, tras el cristal,
tu sombra
que jamás me atreví a mirar.

Renacen los pasados...
¡Cuántas cosas por decir!
Mas ahora ya es tarde...
como siempre, llegué tarde.

Nunca creí que tanto dolor
compaginara con el vacío.
Y ahí donde estés sabrás
que quise ser más que un hijo....

aunque no lo demostrara.
¡Cuánto, no sabes bien, me influíste!
Ni quise ser rebelde
ni me creí el catecismo.

Y renacen los pasados...
y a mi me ahoga el futuro.
¡Cuántos abrazos por dar!
Debería de callarse el tiempo.

...Mas no cabe en el papel
toda la deuda que tengo contigo.

-Los acantilados-


Los acantilados resbalaron
al escuchar nuevas necedades
y juraron callar como piedras
hasta que vuelvan con un ángel
todas aquellas verdades
que naufragaron en sus costas.

Se hicieron ver duros,
como rocas, de otoño a verano.
Pero las mareas fueron deformando
sus sólidas consistencias
y poco a poco caían sus estructuras
a un tiempo que nunca buscaron.

¡Cómo no reencontraron esperanzas
aquellos días de mar en calma!
Cómo no quisieron desprenderse
cuando las olas les golpearon...

Por fortuna no sienten nada,
o eso nos hacen creer,
pero cuando el viento azota
gimen en derrota eterna,
esperando, como el futuro,
que el futuro les dé la verdad.

Acabarán pensando que perdieron
si no tienden sus alas
aquellas gaviotas amigas
para que el frío no agriete sus almas
ni la lluvia arranque sus pieles
ni el miedo acabe consumiéndoles.

26 setembro 2006

-Desde el infierno, con dolor-

Desde aquí os remito, con mis ojos ensangrentados, este mensaje de desasosiego.(¡Amnesia para mi memoria!) Quiero escanear vuestras mentes y ver cómo pudieron perder el juicio.

Sí, yo sigo aquí, en mi misma rutina. Vosotr@s seguís ahí, saltando de letrina en letrina cual sapos hipnóticos.

¿Deseáis seguir durmiendo en vuesto sueño... y despertar en un infierno? ¡Nieva en vuestras azoteas en pleno verano!

Yo no volaría por vuestras noches aunque mis venas expulsaran el alcohol de sus cauces. NO VOLARÍA.

... A caso os faltan las horas; los consejos no os faltaron (menos las advertencias). Girando estáis hacia el infierno, aunque digáis que no.

Yo aquí me quedo, aunque en un barco que me lleva poco a poco al extranjero. Seguramente hoy soy un extraño, ayer fuí un extraño... mañana... seré un desconocido... tal vez.

Sabéis mi dirección, espero que no la perdáis. Si algún día decidís recordar que sigo aquí, sólo tendréis que bajar el peldaño que nos separa.

Concluyo dolor.

-Y pasarán...-

Y pasarán muchos donnadies
a morar tus camas.
Tus canas teñirás con tapujos,
tus arrugas con tabúes palabras.

Regresarás al subsuelo adyacente
a entumecer tus grises pezones.
Volarán tus ideas de Jauja
a unas mazmorras perdidas.

-Inambición-

Si soy poeta o tejedor,
distinguido o embaucado;
si almaceno o incumplo:
detrás estáis vosotros,
amargados por mis dedos,
pesarosos en el olvido,
airados en un momento.
Omitidos en mis labios.

Si soy rinoceronte o no,
si llevo mi cuello tatuado,
si colecciono esquelas
o amigos enterrados.
Ni voy detrás ni voy delante;
ni siquiera estoy de tu parte.
Estaré por siempre, aquí, sin vida...
o retrasando de nuevo la oscuridad.

-A sus pies-

Entra el aire y el dolor;
entre el miedo y la razón;
entren novias y entren solas.
Entremos los dos.

Sube en grados el alcohol,
baja a cero la ilusión.
Ruge el tiempo, mata el tiempo.
¡Maldita ocupación!

Postrado ante el trono;
ante vos me arrodillo.

Apagado ya me voy
sin saber, sin hablar.
Entre el aire y el dolor
bajó a cero mi ilusión.

Postrado a sus pies
humillo mi boca.

Entre el miedo y la razón
no sé si podré apagar
la luz de esta habitación.
¡Maldita ocupación!

(A toda aquella persona
que alguna vez
dejó su huella en el servicio
tras una noche etílica)

-Silencio enmudecido 2-

Sigo siendo el adolescente
que quiso tocar tus labios,
aquel que en cada poesía
dejaba la pasión latiendo.

Sigo con los brazos abiertos
desde aquel silencio enmudecido,
queriendo ser quien te invite
a probar mis sentimientos.

Sigo escribiendo poemas
a los que tú das vida
y yo cedo el corazón...

-Misma luna miramos-

Cuántas veces, dime,
tú y yo en la noche
alzamos la vista al cielo
y nos encontramos mirando la luna
en un mismo tiempo,
pero yo aquí
...¡y tú tan lejos!

-Si es que recuerdas-

...Y si es que el horizonte
no te ha llevado aún
ni el presente te ata
ni la memoria quiso que me olvidaras,
si es que aún recuerdas
o si alguna vez sentiste,
si es que aún no borraste mis miradas,
búscame con el CORAZÓN en las manos.

25 setembro 2006

-Invierno-

Ya las golondrinas
su última oda entonaron;
gimiendo de rabia en la tierra,
tristes sus alas sonaron.

Los dioses quisieron viento
y viento sepultaron en el aire,
quisieron tormenta, y lluvia,
y en cielo negro tornaron verano.

Los árboles quedan desnudos,
llenos de sus ramas pudorosas,
dejados de sus hojas caducas
caídas en el suelo mojado.

Ya las calles quedan solas,
única compañía del agua.
Ya el frío de mañana
araña las caras dormindas.

Y el frío cae blanco
dejando de algodón los campos
que antaño fueron verdes
y blancos y rosas y pardos.

Y llegan los días tristes
teñidos de grises pensares;
plomizas las horas venideras
de este invierno tan largo.

-...por tí-

Mientes si crees que nunca he llorado,
si crees que mi fuego está calmado,
si crees que un futuro es mejor que un pasado.
Si dices que nunca me hablaste con los ojos.

Denuncias la calma con la que sales...
y eso duele;
haces que sienta cómo mi tiempo arde
sin un mal sentimiento firme.

Me cuesta callar tanta amargura,
llevar tan sólo el calvario de esta tortura.
Ayúdame a sujetar esta cruz
que yo agarraré tu dolor con mi alma.

Luego me creo casado con la soledad
y la gente me araña tanta fortuna,
pero amarro fuerte mi causa perdida
y azoto mi mente con quien me dió muerte.

Ya se alzan los campos en victoria,
se traga la tierra mis pensamientos.
Y sé que no me vendrás a visitar
hasta que sepas por qué he muerto...

-A dor nun río de compaixón-


Máis triste é pasar por aquel río
en non atopar o desexo feito realidade.
Moito máis triste é buscalo
pra o final deixalo por imposible.
¡Qué triste é o fracaso!,
o fracaso dunha ilusión.

Non voltarei a ese río,
polo menos deiquí a un ano;
xa sei que o desexado
háse voltar desesperado.
¡Qué desexado fracaso!,
o fracaso dunha ilusión.

Ónde estará ese río do olvido perdido,
ónde estará, ónde. ¡Que me leve a pena!
Endexamáis atoparei a flor
que saiu do seu capuio e non voltou.
¿Qué flor do fracaso?,
o fracaso dunha ilusión.

Quero reterme no peito
a ledicia da esperanza.
Quero, quero, desexo,
amo, ámote apaixoadamente.
¡Pero qué apaixoadamente te amo!
O amor é unha ilusión.

-Yo te perdoné-

Perdóname por haberte conocido
en un mundo imperfecto,
por querer tu saliba en mi sangre
o adornar mi sonrisa con tu boca.
Perdóname porque no soy yo
cuando tú no estás,
porque no soy yo cuando estás
y no puedo dejar de caer.
Perdóname,
perdóname porque yo no me perdono.
Perdóname con la aurora por salir
o con el ocaso en su fin.
Perdóname por quererte,
yo te perdono por no quererme.
Perdonémonos los dos

con el susurro del tiempo.

-Consumido espero-

Tú, triste flor de mis ansias,
en el infinito te escondes
cual secreto en una palabra.

¡Oh!, delicada tú, ojos pardos,
que en mi alma escondes versos
y en mis versos sensaciones.

¡Acaba ya de ignorarme
y deja a mi cuerpo saciarse
de pleno dolor!, ingrata.

Consumidas las derrotas ya,
¿consumidos los deseos?
Ya sabrás que espero,
si esperar es cruzar los brazos.

Luna, tú espiarás su senda
y me dirás si aún recuerda
cómo mirarme a los ojos.

Difícilmente no lloverá después,
y al día siguiente volverá a llover,
y al otro, y al otro, ...
...y al otro también.