29 xullo 2008

-Por donde menos importa-

Deslizó su pierna dormida
como una serpiente sobre una manzana.
Tocó sus manos, cohibidas,
pintó sus ojos de betún,
afeitó sus uñas y lloró.
Clavó su cuchillo sobre la arena.

Dentro de una procesión piadosa
aceleró su respiración.
Corrió, corrió de un lado a otro,
en plena excitación oraba,
corriendo, corriéndose en su perdón,
sin más excusas que su lujuria.

Al salir a la calle perdió sus medias,
su juego de pulseras brilló
escondido en su corbata negra
y decidió seguir adelante.
Paró en su bar preferido
y se tomó una horchata de alucinógenos.

Y siguió andando. Más, más, más, ...
... Llegó hasta la acera de barro
donde los pobres pintan los labios.
Agachó los pelos de su pecho
y observó con su ombligo su vida.
Una lágrima rodó por su cuello.

Una sonrisa perfiló sus labios
llenos de pelos de la noche pasada.
Parece que había jodido bien.
Una pistola se metió por su calzoncillo,
una navaja desnudó su sostén...
... Y aquel pobre olvidado mató sus orgullos.

Ahora lloran en un espacio;
ella tapa su ironía de moho,
él sus vergüenzas las corta.
Sólamente quisieron pasear su codicia
por donde menos importa si yacen,
por donde menos importa si yacen.

Ahora saben que el circo no es mentira,
pero ya es demasiado tarde.
¡Cuántos manjares se pudrieron
sin poder Afrodita y Baco tocarlos!,
mas almas anónimas rieron
como reían sus estómagos llenos.

Cobardes cabalgan sin orgullo
a un infierno donde sepan aceptarles.
Cabalgan, cabalgan, cabalgan.
Cabalgaron hasta navidad,
cabalgaron hasta la granja.
Y después siguieron cabalgando.
Pasaron por el mar de la antipatía,
por el volcán de la hipocresía,
por los desiertos de los avariciosos,
por las camas de lujuria,
por las piedras del miserable,
por los truenos del precipicio,
por el invierno húmedo,
por las calaveras carcomidas,
por basureros de lujo,
por barrios cansados de pan
y ladillas hambrientas de migas,
por cansadas palabras irónicas,
por cerillas consumidas, ...
... Y por fin acabaron soñando,
jodidamente, PARASIEMPRE.