Cual de ultratumba vuelves, a mofarte, con tu risa cándida que un día despertó en mi mis más humanos sentidos; con tu risa desafiante a mi memoria, cual anhelos galopantes, créeme, vuelves a surgir... Y no es grato.
Debería escupir en tu recuerdo, mas esculpo... Y no te culpo de las cicatrizes que acaban de resurgir cual ave Fénix, que en cenizas las creía hallar.
Ya sé que nunca seré parte de tu alma, ni de tu cuerpo; tan siquiera podría ser un olvido de tu subconsciente. Y ni con esas... ¡Qué duro resulta ser nada!... y por nada ahogarse.
Mas debo salir a flote, agarrarme a un presente vacío o vislumbrar un vertiginoso futuro lleno de almas caritativas que quieran ofrecer a mi boca lo que la tuya no me quiso latir.
Y creo que sería de justicia omitir la indiferencia que creía sentir por ti.
Me despido en amargura.
Subscribirse a:
Publicar comentarios (Atom)
Ningún comentario:
Publicar un comentario