Es increíble beber del silencio
cuando hace tanto que tengo sed,
sed de gritarle al viento
que pierdo la esperanza de saber,
saber si debo seguir consumiéndome
o debo de romper el papel.
Creo estar desterrado
del terreno del dulce amor.
Hoy estoy despeñado,
empeñado en volver a levantar,
levantar el alma abatida,
levantar el alma cegada.
Subscribirse a:
Publicar comentarios (Atom)
Ningún comentario:
Publicar un comentario