12 outubro 2006

-Recordé que mirabas-

A mí, ya ves, igual me dá
que te vayas o te quedes
o que dejes tu alma velar
un cuento que nunca empieza.

Igual me dá que revientes
o que te explote el corazón.
A mí me estalló el cobarde
la tarde en que te perdí.

Los cirios son la tormenta
que nunca se llega a apagar.
Pero, tras las sombras vacías,
sé que existe calma eterna.

Igual me dá que te inventes
que todo, siempre, funcionó.
Y no me importaría calmar
el frío que ahora tengo.

Me daría igual estar solo
si te pudiera estrechar
cada segundo en mi vida
o en cada vida un segundo...

Ningún comentario: