Instantáneas cautivadas de deseos
que ahora rompo en mi balcón
con la soledad de tiempo eterno
e injurias, y reproches postreros
y maldiciones de mi dolor.
Desflorecen esas fotos oscuras,
teñidas de pasada felicidad;
desflorecen en mis frías ramas
como cuentos en su final
que nunca terminan de acabar.
Y mientras yo me desespero
acaricio el candor de tus venas
que quisieron latir en mi
cuando mi corazón latió en tu tierra,
que quisieron sufrir en mi.
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