30 setembro 2006

-Sigue el enigma de mi alma-

Cómo es que te sigo mandando flores
si perdí tu dirección.
Desapareces de mi vida
e invades mi corazón con tu ausencia.

¡Cómo puede ser que te adore!,
ya la vela se derritió
y aún sigue la llama encendida.

Si pudiera volver a invitarme
al banquete de tu presentación...
Cómo puede ser que aún recuerde
el cántico de tu voz.

Bailaron las miradas,
se ahogaron los suspiros,
quisieron mis manos dedicarte
poesías cada mañana.

Y sigo murmurando tus delicias,
sintiendo el calor de tus abrazos.
¡Cómo es que lo siento!:
simplemente, te llevo en mi alma.

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