-Desde hoy-

Lo que pasa es que esto ya no tiene vuelta atrás, ni siquiera lo deseo, aunque el deseo es algo insustancial cuando ya no crees que el futuro venga para abrazarte.

Mas en este cuento ya no cuento contigo. Desde hoy. Me niego. Mañana nacerá otra vez el sol y raspará mi piel ajada por la tormenta incesante que me dejaste por legado. Y me niego a seguir ni un día más esperando.

Que si esto es un adiós, me alegro. Ni hasta luego, ni hasta pronto. Adiós. Ya ni quiero verte, ¿para qué?, ¿para seguir encerrando el caduco pasado en esta, mi pésima mazmorra? Adiós. Te despido.

Y no vuelvas jamás con tu sonrisa a atormentar mi estancia. Desde hoy queda vacante.

Quizás sea este el punto de inflexión entre tu pasado y mi futuro, y tengo que aprovecharlo mientras la calva me respete.

Desde hoy ni una mirada, ni una sonrisa, ni un pensamiento. NADA. Ni siquiera un mal trago por visualizar tu difuminada silueta. NADA. Ni otro amanecer desesperado, ni otra luna que te espie. NADA. Estoy cansado. Estoy cansado de comer aire, de soñar vacío, de vivir la nada, de respirar pesares. Cansado de fumar la esperanza, de saltar en infinitos vacíos, de escapar al amor, de odiar mis penas. Y me prometo, y te prometo que, desde hoy, evaporaré tu vil espectro de mi bellaco corazón por más que duela.

DESDE HOY TE HE OLVIDADO.

-Acariciar las cenizas-

Quisiera oler las infelices cenizas
que en resaca se me aparecen;
robarlas quizás, o pulirlas a semejanza
de la oscura noche que me raptó;
acariciarlas, pues ya serían mías.
Renegarlas. Jamás podría robarlas.

-Sentirte latir-

Te siento latir a mi lado,
mas los ecos me ensordecen.
La ausencia de probabilidades
desbordan mi infinita fantasía.

Ocupar una ínfima posición en ti
sería una absoluta victoria.
Ocupar el todo de tu corazón
sería despertar de este sueño postrero.

Todos los campos que nos separan,
todas las lunas que nos miraron,
todos los silencios que nos acompañarán,
se hunden en este suspiro eterno.

Y ahora te vuelvo a sentir latir
y, al mirarte, ya no te conozco.
¿Por qué quieres seguir aquí?
Te sigo sintiendo latir a mi lado.

-Y regresaré a tu irrealidad-

Esta mañana pretendí despertar,
adoptar el futuro o creerlo
y jamás regresar a tu irrealidad.

Esta mañana me faltaron fuerzas
para no responder tus llamadas.
¡Si inmensamente te pudiera odiar...!

Esta mañana se me está haciendo noche
y te quisiera arrullar de nuevo
en ese nido donde habitas.

Esta mañana mi piel quiso envejecer,
dejar atrás tantos años perdidos
y no volverte a regresar.

Esta mañana hablé con la luna
sobre mi locura y tu bogar inconsciente.
La próxima mañana ayúdame a despertar
o despiértame en un sueño justo.

-De oradores y ateos feligreses-

Qué poco podremos vivir
si cuando intentamos respirar nos ahogan.
Infelices en nuestras casillas
nos aburren miserablemente con sus burlas.
¡Y luego oran felicidad!
Me arruína su inmensa hipocresía.

-Si un diputado no llega a fin de mes, entonces, ¿un obrero...?-

Cómo es posible que un diputado y cabeza de lista del segundo partido más votado del gobierno tenga la cara tan grade de decir (textualmente): "Miro mi cuenta al final de mes porque lo necesito, lo necesito y muchísimo, y además mi mujer también trabaja, y entonces tengo los problemas que tienen todos los ciudadanos. No estoy en política por dinero".

¿Tendrá problemas con las drogas?, ¿tendrá alguna enfermedad que le requiera un gran desembolso?, ¿se lo gastará libertinamente?, ¿no dará a basto con los cochazos, pisos, casas y chales que pueda tener?, ¿la señora que le limpia la casa cobrará más que él? ¿Y ella, que opinará de que su jefe cobre menos que ella?

Vamos, que nos toman por el tonto del pueblo. Otra mentira más que engrosar a la lista de BOLAS POLÍTICAS, porque si ese "diputado cabeza de lista" tiene problemas para llegar a fin de mes: ¿los que realmente tenemos problemas, qué tendremos que hacer?

Bueno, eso es fácil: hipotecarse en el banco más cercano y tirar de tarjeta de crédito para comprar un piso en el que, para que quepamos, hay que sacar los muebles al pasillo; para comprar una barra de pan (auténtico artículo de lujo); para pagar los sableados que nos meten con los impuestos. En definitiva, para que acaben de pagar el préstamo bancario tus tataranietos... y aún así, sobrevivimos sin llorar con un sueldo irrisorio (en muchos casos).

A lo mejor es que no nos sabemos administrar y por eso nos cuesta llegar al tenebroso fin de mes...

...¡QUE NO! Que con los sueldos rastreros que tenemos y los precios usureros con los que el gobierno nos quiere equiparar a Europa, es imposible permitirse otro lujo que no sea tener para comer todos los días y algún trapillo para vestirse.

Hoy me despido con una pregunta:
-Si el señor diputado cabeza de lista tiene problemas monetarios a final de mes: ¿comprá cd's en el top manta o, por el contrario, se los bajará de algún p2p (programas para compartir archivos)?

Otro día, más!

-Cacahuetes Yankis-

Creando universos paralelos a la realidad, desfigurando la sangre en ketchup, cegando (más si cabe) la crudeza de la ingenuidad. ¡Pero qué ingenuos!

Que si hoy me apetece invadir tu casa... pues me armo hasta los dientes y tú te callas, que lo hago por tu bien. ¡Ja! Que si hoy me enfado con el mundo entero porque soy un incomprendido... pues me armo hasta los dientes y el mundo que se calle, que lo hago por su bien. ¡Ja!

Pero, ¿hasta dónde pueden llegar estos cacahuetes pensantes? ¿Realmente creen que en el resto de la orbe no vemos lo que pasa? Pues llegar llegan hasta donde les sale del recto, porque para ello son los que mandan. Y SE ACABÓ.

Los ciudadanos de ese país tan liberal, deberían de estar hartos de que sus cacahuetes "pensantes" les tomen por catetos (creo que es extensible al resto del mundo) y decir basta. El país de las oportunidades, el país de la libertad, el país de la lujuria, el país de la pobreza, el país donde mora el asesino y asesinan los derechos.

Y yo me pregunto: ¿qué pasa con Camboya o con Somalia por ejemplo?, ¿acaso no existen los genocidios, la discriminación y vetan el derecho de expresión en esos países? ¡Ah!, ¡claro!: NO HAY PETRÓLEO. No interesa. Mejor nos quedamos en Irak o Afganistán, porque, a Corea del Norte tampoco interesa mucho desarmarla nuclearmente, total, sólo amenazó con largar un pepinazo a sus coleguillas de alrededores.

Pues lo dicho, ya sabéis: haceros socios del club del rifle. Bueno, es igual, total podéis comprar un arma en cualquier kiosko o punto de venta de chucherías con tan sólo tener 18 años.

YANKIS, espabilar o se os van a seguir callendo los mocos de por vida.

¡Esto es lo que conseguís suministrando armas al tercer mundo!

Ahora quedaros con la conciencia tranquila.

-Me bastaría-

Bastarían un silencio y una mirada,
bastaría despertar mañana;
bastaría una mano,
bastaría una sola razón.

Bastaría que no me odiaras,
bastaría volverte a escuchar;
bastaría que aquí estuvieras,
bastaría que no vuelvas a marchar.

Bastarían dos nuevos comienzos,
bastaría otro pretexto;
bastarían un par de encuentros...
no sé, no sé.

Bastaría que sigas ahí,
bastaría la suficiencia sin tu ego;
bastaría que cada mañana
supiera que volverás.

-Estás en un infinito-

Desde donde yo estoy
la luna está a un suspiro
de ser arrancada con las manos.

Donde tú estás me arden los ojos.

Desde aquí, los días,
pasan rápidos y vacíos,
como si no pasaran.

Donde estás se consumen en deseos.

Desde mi estancia
la lluvia me acompaña
y me quita la vida.

Donde moras, el fuego es rey.

Donde estoy, estoy a tus pies;
donde estás es un infinito.
¿Dónde el cielo y el infierno
se pueden juntar?

-¡Y por qué!-

¿Y por qué el malo siempre es el hombre?,


¿y por qué la buena nunca es la mujer?,


¿y por qué tod@s arderemos en el infierno?,


¿y por qué nunca nos amaremos para siempre?,


¿y por qué es todo tan relativo que se nos escapa de las manos?,


¿y por qué nadie acudió cuando escuchó un llanto?,


¿y por qué nos odiamos tanto?,


¿y por qué tenemos que ser tan diferentes?,


¿y por qué no te comprendo ni tu a mi?,


¿y por qué acabaremos desnudándonos otra vez?,


¿y por qué sufrir?, ¡si no quiero!


¡Y por qué!

-La gran (in)justicia y el gobierno-

Aquí tenéis un dibujillo hecho hace algunos años, aprovechando estos días de patética habladuría constitucional sobre promesas y justicias. Primero que miren hacia su alrededor y luego nos miren a la cara y nos digan si es verdad lo que ven o no ven lo que es verdad.

Yo ya estoy preparado para poner el culo durante otros cuatro años más (me represente quien me represente), porque, lo que está visto, es que una vez sentados en el trono, todos los reyes son igual de campechanos... consigo mismo y con los que les alaban y veneran. Los demás... somos simples monigotes sobre los que reinar (abusar, gorronear, magrear,... y todo lo que os podáis imaginar siempre y cuando nos jodan). Y, lo que jode, es tener que trabajar para el enemigo (sea quien fuere en sus "ideologías").

-Ser quien te arrulle-

Por qué no ser yo
quien te despida cada noche
y, cada mañana ser
los primeros ojos que te hablen,
desnudar el alma en un infinito,
prohibir hablar más de lo necesario,
cantar con los labios sellados.
Sellar un contrato perenne.

Por qué no ser yo
tu esclavo eterno...
¡Ah!, ¡no!... ¡si lo soy!,
y lo seguiré siendo,
hasta que un día diga basta
o tus palabras me basten,
o el cielo se caiga...
¡Y por qué no!

-Concluye, calavera-

Pálida calavera que manosea mis sesos,
desapareces cuando la noche naufraga.
Defiendes la posición en mi válvula
y, a regañadientes, te sigo odiando.

Calavera sangrante, no digas adiós,
hoy te espero de nuevo en el descanso.
Ultrájame otra vez con tus fríos senos
y olvídate de los besos que no te doy.

Sarcástica calavera que me acompaña,
rie más alto, que no te oigo.
¿No sabes beber sin mojar los labios?:
pues los míos has disecado.

Improbable calavera sin carne ni piel,
ni escamas que arropen mi porvenir,
regrésame a tu infinito olvido
que yo ya no volveré contigo a dormir.

Calavera desterrada,
calavera inconclusa,
calavera de mis venas.
Calavera.

Algún día me preguntarás
si todos estos escritos están hechos para tí.
Entonces yo te diré que sí,
los que más te duelan,
que son los que me dolieron a mi.

-En homenaje a los caídos-

Como si pudiéros saber lo que el mañana no nos quiere decir. Así jamás podremos llegar al infinito para tocarlo con las manos y después volver. ¿Volver?, la vuelta es lo más triste de la ida.

Acabamos comiéndonos los codos de tanto estudiar facetas sobre los demás que ni ellos mismos saben, ni nosotros hemos estudiado. Aunque de estudiantes está el mundo lleno. Estudiantes codiciosos. Estudiantes aberrantes. Estudiantes melosos. Estudiantes, al fin y al cabo.

Que el que haya repetido levante la mano (el que no, que se joda y aguante su llanto). Debería de ser una repetición incesante, ida y vuelta (la vuelta es lo más triste), hasta acabar calmando la tontería de querer reinar en un pasado abstracto del que recordamos tan sólo vanalidades incoherentes.

No somos materia en esta materia. Títeres tal vez. Añoranzas estudiantiles de mozas y mozos aposentados en sus pupitres de tedio. ¡Qué mierda de adorables pupitres!

Fuímos recreos de fumata y cambios de clase de pitillo y encendedor. Acróbatas de pesados libros y apuntes desordenados. Figurantes de teatro encerrados entre cuatro paredes. Aprendices de la nada y de la vida, de la desdicha y la amargura que, juntas, hacían la felicidad.

Y ahora nos queda la eternidad (porque la vuelta ya la sufrimos). Y nos queda desempeñar lo que nunca nos dejarán desempeñar. Y habremos de sucumbir otra vez al tedio de las horas que no pasan, pero sin estar encerrados con los codos incrustados en la almohada verde que pintábamos para no aburrirnos.

Este homenaje no nos lo merecemos, porque siempre quisimos lo que no debíamos querer: trabajos forzados.

-Encarcelado-

¿Quién tiene el futuro
en sus cuernos escondido?,
¿quién el olvido tiene...?
¡Que me asola la cordura!

¿Quién a la noche ladra
y nunca a la mañana me hiere?,
¿quién el corazón me impera...?
¡Que se lleve los fracasos!

¿Quién desinfecta mis ojos
y luego desaparece?,
¿quién a sus trece me duele?
¡Que no regrese en amargura!

Quién en mi luna cantó
y jamás volvió a acunarme;
quién el suspiro me heló
y en el tiempo quedó, congelado;
quién en mi dolor se posó
y no quiere remontar el vuelo:
quien su promesa cumplió
y me sigue matando.

-Disfrazando los sueños-

Vestido de carnaval
con despojos variopintos.
La careta caída del corazón
dejando a las risas ajenas
acabar de deshonrar
semejante derrota.

Recurriendo al despiste
de un futuro mejor,
destrozo mi cabeza desquiciada
y tú, vestida de honestidad,
desmoronas el muro impenetrable
que alcé a mi alrededor.

¿Cada cuánto tiempo reaparecerás
disfrazando mis sueños de pesadilla?
¡Sal ya de ese rincón
desde donde picoteas mis ojos!
¡Olvida que no me conoces
y sigue tu vida como hasta hoy!